El caso de Sam Londe

La historia de un terapeuta de Nashville, Clifton Meador, que llevaba reflexionando sobre el poder potencial del efecto nocebo durante treinta años. En 1974, Meador tuvo un paciente, Sam Londe,  un vendedor de zapatos jubilado que padecía cáncer de esófago, enfermedad que por aquel entonces se consideraba letal. A Londe le trataron ese cáncer, pero todo el mundo de la comunidad médica «sabía» que el cáncer de esófago recidivaría. Así pues, no les sorprendió que Londe muriera unas semanas después del diagnóstico.

La sorpresa llegó tras la muerte de Londe, cuando la autopsia encontró escasos signos de cáncer, desde luego no los suficientes como para matarlo. Tenía un par de manchas en el hígado y otra en el pulmón, pero no había rastro del cáncer esofágico que todos creían que lo había matado. Meador dijo: «Murió con cáncer, pero no de cáncer».

Efecto Nocebo: cuando la mente está llena de pensamientos negativos que pueden deteriorar la salud, los efectos negativos producidos se conocen como «efecto nocebo»

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